Nuestro sistema nervioso recibe información tanto del exterior como del interior del organismo.
Podemos considerar estímulos a un largo grupo de elementos: cambios en la presión ambiental, sonidos, luces, olores, sabores, cambios de temperatura, etcétera.
Toda información, interna o externa que va a informar al sistema nervioso
recibe el nombre de estímulo
Podemos considerar estímulos a un largo grupo de elementos: cambios en la presión ambiental, sonidos, luces, olores, sabores, cambios de temperatura, etcétera.
El sistema nervioso posee receptores específicos para cada uno de los estímulos. Según su localización podemos encontrar receptores internos o externos.
- Receptores externos: situados en la periferia del cuerpo. Responden a estímulos externos. Incluye a la vista, el olfato, el gusto, el oído, el equilibrio o el tacto.
- Receptores internos: Se localizan en el interior del organismo. Se denominan también interorreceptores o propioreceptores. Nos informan de los cambios químicos en la sangre, de la presión arterial, de la temperatura corporal y de un largo número de estímulos del cuerpo. Se incluyen en este grupo los propiorreceptores ubicados en tendones, en zonas articulares, músculos estriados... y que nos informan de la posición, la orientación, el movimiento corporal o el estiramiento y la contracción de los músculos.
Cada uno de estos receptores sensoriales son terminaciones nerviosas que van a reaccionar ante determinados estímulos y enviar un impulso nervioso al encéfalo.
Los órganos de los sentidos:
Aunque tradicionalmente se consideran cinco los sentidos básicos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) en realidad tenemos capacidad de respuesta a diferentes tipos de estímulos y para ello contamos con diferentes tipos de receptores, por lo que esos sentidos podrían ascender a más de 20 según algunos estudios. Por ejemplo habría que añadir también el equilibrio, la percepción del dolor, la capacidad de percibir la existencia de luz... etc.
No obstante los centraremos en los cinco sentidos básicos, que se detectan gracias a los siguientes órganos de los sentidos:
La piel y el sentido del tacto:
La piel consta de los siguientes componentes:
- Epidermis: son varias capas de células formando un epitelio pluriestratificado. Las células se reproducen constantemente en su parte basal sin empujadas hacia fuera según van ascendiendo se impregnan de queratina y mueren, quedando como escamas que impermeabilizan la piel y se van a ir desprendiendo poco a poco.
- Dermis:. Situada bajo la epidermis, es una capa de tejido conjuntivo que alberga los folículos pilosos que van a producir los pelos y también las glándulas que liberan las grasas o el sudor que impregna en la piel. En ella vamos a encontrar vasos sanguíneos y pequeños músculos lisos llamados músculos horripiladores que erizan los pelos. También encontraremos las terminaciones sensoriales táctiles.
- Hipodermis o tejido subcutaneo. Situado bajo la dermis, está formado por fibras conjuntivas de tejido adiposo. Contiene nervios y vasos sanguíneos, dando movilidad a la piel, almacenando grasa y sirviendo de aislante.
Los receptores sensoriales táctiles que encontramos en la piel no están distribuidos por toda su superficie por igual. Por ejemplo la yema de los dedos posee más receptores sensoriales que otras zonas. Encontramos dos tipos:
- Terminaciones nerviosas libres, son las más abundantes y responden a los estímulos nocivos actuando como nocirreceptores o receptores del dolor y a los estímulos de presión ligera como el tacto.
- Terminaciones nerviosas encapsuladas, que son dendritas envueltas en tejido conjuntivo. Son mecanorreceptores que responden al tacto, a la presión, frío y calor y reciben los nombres de sus descubridores Meissner, Krause, Ruffini y Pacini.
Los ojos y la vista:
El globo ocular está compuesto por tres capas principales: la esclerótica, el coroides y la retina.
Anatómicamente encontramos dos cavidades diferenciadas:
Anatómicamente encontramos dos cavidades diferenciadas:
- Cavidad anterior. Se sitúa delante del cristalino y con tiene humor acuoso un líquido claro de viscosidad similar al agua que está separada en dos partes por el iris.
- Cavidad posterior. De mayor tamaño que la anterior ocupa el interior del globo ocular y está rellenado el humor vítreo que es gelatinoso.
Las capas tienen distinta función y composición.
- Esclerótica: Es de tejido fibroso y protege al globo. La parte anterior es transparente sobresaliente y abombada y se denomina corneo el resto es de color blanco en los seres humanos.
- Coroides: Posee vasos sanguíneos y pigmentos. La parte anterior se sitúa debajo de la córnea y presenta varios elementos.
- Cuerpo ciliar y ligamentos suspensorios. Sobre ellos se sitúan el musculo ciliar y el iris y los ligamentos sujetan estiran el cristalino que es la lente de enfoque
- Iris. Es la parte coloreada del ojo sus fibras musculares tienen forma radial y circular y posee un orificio central denominado pupila.
- La retina: No existe en la parte anterior del globo ocular. Contiene dos tipos de neuronas fotorreceptoras, por un lado los conos, que detectan los colores, y por otro los bastones que permiten la visión con baja luminosidad. Los axones de ambos se dirigen una zona posterior del globo ocular denominada disco óptico o punto ciego por donde atraviesan la esclerótica formando el nervio óptico.
Mecanismo de la visión
Además los ojos presentan una serie de elementos anejos que permiten protegerlos: Cejas, pestañas, párpados...
Aunque nosotros utilizamos el ojo para enfocar las imágenes, quien realmente realiza el proceso de visión es el cerebro.

Además los ojos presentan una serie de elementos anejos que permiten protegerlos: Cejas, pestañas, párpados...
Daltonismo: El daltonismo es una alteración de origen genético en la capacidad de distinguir los colores. La palabra daltonismo proviene del químico y matemático John Dalton que la identificó. El grado de afectación es muy variable y oscila entre la falta de capacidad para discernir cualquier color (acromatopsia) y un ligero grado de dificultad para discriminar matices de rojo, verde y ocasionalmente azul que sí son capaces de discriminar las personas con visión normal del color o tricrómatas.
Puede detectarse mediante test visuales específicos como las cartas de Ishihara.
A pesar de que la sociedad en general considera que el daltonismo pasa inadvertido en la vida diaria, supone un problema para los afectados en ámbitos tan diversos como: valorar el estado de frescura de determinados alimentos, identificar códigos de colores de planos o elegir determinadas profesiones para las que es preciso superar un reconocimiento médico que implica identificar correctamente los colores (militar de carrera, piloto, capitán de marina mercante, policía, árbitro de fútbol, etc.).
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